Los hombres y las mujeres no son iguales biológicamente hablando (diferencias de sexo) y las actividades profesionales que realizan, las condiciones de trabajo y la forma en que son tratados por la sociedad son distintas (diferencias de género).
Tales diferencias pueden afectar a los peligros a los que se enfrentan los hombres y mujeres en el trabajo y cómo evaluarlos y controlarlos.
Diferencias que pueden afectar a la SST
Existen diferencias que afectan a los riesgos a los que se enfrentan los hombres y las mujeres. Las mujeres:
- Trabajan en sectores específicos y en tipos de trabajo específicos
- Equilibran dobles responsabilidades en el trabajo y en el hogar
- Cuentan con poca representación a escala de supervisión y dirección
- Son físicamente distintas a los hombres, aunque existen más variaciones entre mujeres que entre hombres y mujeres, por ejemplo, respecto de la fuerza física.
- Realizan trabajos que se presumen erróneamente como seguros y fáciles
Con frecuencia estas diferencias no están reconocidas en la práctica de salud y seguridad. Es más, con frecuencia se subestima la carga de trabajo y los riesgos relacionados con el trabajo para las mujeres en el lugar de trabajo. El objetivo es resaltar estas diferencias y ayudar a mejorar la SST en ámbitos que afecten principalmente a las mujeres.
Qué pueden hacer las empresas
Un enfoque sensible al género de la SST implica reconocer y tener en cuenta las diferencias entre los trabajadores y las trabajadoras.
Las empresas pueden:
- Tener como objetivo hacer que el trabajo sea más fácil y más seguro para todos
- Incluir cuestiones de género en las evaluaciones de riesgos
- Fijarse en el trabajo real llevado a cabo y evitar hacer suposiciones sobre quién corre riesgos y por qué
- Ofrecer flexibilidad de horarios de trabajo
- Implicar a las mujeres en la toma de decisiones en materia de SST
Este enfoque es beneficioso para todos los empleados no solo para las mujeres.